Los impactos del COVID en los viajes de los ciudadanos en Lima.

Autor: Poul Knudsen

En sus orígenes por allá a inicios del 2020 sobre el Covid-19 se sabía muy poco ya transcurridos un año y medio, creo que no hay lugar sobre la tierra que se sepa que es el COVID y sus consecuencias.

El año pasado en el mensaje a la nación 28 julio 2020 el Sr. Martín Vizcarra, presidente de la república del Perú, mencionó: «hoy puedo decir, con la mayor certeza y convicción: la cuarentena permitió salvar muchas vidas en el Perú. Si no hubiéramos aprobado oportunamente esta medida, la cifra de fallecidos sería contada hoy por centenas de miles. Anuncio que para julio del 2021 todas las peruanas y los peruanos estarán afiliados al seguro integral de salud. Lograr el aseguramiento universal en salud representará el cierre de una brecha histórica, objetivo que los peruanos hemos perseguido durante décadas“. También mencionó que «el transporte público es un servicio que impacta directamente en la calidad de vida de las personas (…). Para ello, se ha priorizado avanzar con el proceso de concesiones de la red de lima y callao, lo que permitirá dejar atrás el modelo de operación actual de comisionista y afiliador», pero sobre este último punto muy poco por no decir nada se ha avanzado.

En 15 de marzo de 2020, el Gobierno del Perú decretó «estado de emergencia» y «aislamiento social obligatoria» (cuarentena) a nivel nacional que regiría desde las 00:00 horas del 16 de marzo por un periodo de 15 días. Asimismo, el 18 de marzo se incluyó el «toque de queda» nocturno y dominical. Estas medidas fueron recurrentemente extendidas y aún siguen extendiéndose.

Para la fecha lamentablemente Perú se encuentra en los primeros lugares en casos y en número por habitante, con más de 2 millones de casos registrados, y más de 197 mil muertos, representando 66 mil casos por un millón de personas, aunque se ha avanzado con la vacunación esta aún sólo cubre al 21.5% de la población total del Perú1.

En relación al transporte urbano en la Ciudad de Lima y Callao el año pasado el 14 de setiembre se terminaron de transferir las competencias, bienes y servicios de Protransporte a la Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU), dentro de las medidas tomadas de prevención el transporte urbano se definió con un servicio público esencial, por lo que no ha dejado de operar (salvo algunos domingos donde la cuarentena fue total). Pero si se realizaron modificaciones de horario, flota y aforo de acuerdo a las disposiciones del gobierno. Se garantizó el traslado de las personas que se vieron en la necesidad de desplazarse y de aquellas que están en la primera línea de batalla contra el COVID-19, esta situación es cada vez más parecida a la situación antes de la pandemia.

Entre las múltiples acciones desarrolladas en el sistema de transporte púbico incluyen: limpieza y desinfección de buses diario, uso de mascarillas y protección facial, mantener el distanciamiento social en donde fuera posible, reducción de flota de buses 50%, reducción aforo en buses 25% y reducción en estaciones en un 50%, entre otros, estos últimos ya no se aplican.

El impacto del COVID en el transporte público urbano, de manera específica y en el transporte de manera general ha sido muy significativo, con un cambio en su comportamiento, por un lado, la demanda/usuarios en el transporte público disminuyó de manera significativa hasta niveles de 80% de los valores antes de la pandemia, y en el 2020 estuvieron en valores promedios inferiores al 45%, ello producto en una disminución significativa de los viajes al trabajo en un 40%, por otro lado sólo se observó un incremento de los viajes locales residenciales (principalmente los que se hacen caminando o en transporte no motorizado) en un 21% (para abastecerse, farmacias o viajes a centro de salud, etc.), para este mes de agostos los valores aún siguen estando diferentes al nivel prepandemia, por ejemplo el total de viajes por motivo de trabajo es un 25% inferior, los viajes a tiendas y ocio en un 15% inferior y al igual que en el valor antes señalado los viajes locales residenciales aún están en un 16% por encima de los valores prepandemia2.  

Estos cambios en el comportamiento de la demanda en el transporte público ha impactado en la economía de las empresas prestadoras de los servicios (que en caso peruano, exceptuando el metro de Lima no recibían subsidios) con una fuerte disminución de sus ingresos, lo que ha provocado que las empresas exijan al Gobierno Nacional o las entidades responsables en el caso de Lima Metropolitana la ATU, compensaciones para su funcionamiento, que en el caso del Metropolitano y los Corredores Complementarios, significó para el período de mayo a setiembre 2020 un desembolso de más 81 millones de soles (23 millones de dólares) y la obligación que esta compensación se extienda a otros operadores tanto del transporte urbano como el interurbano, ya que sin esta compensación se produciría un incremento significativo de los pasajes, estas compensaciones se siguen aplicando hasta hoy en día.

Entre los impactos en el comportamiento de la movilidad en el área metropolitana de Lima se pueden mencionar:

  • Incremento de las tarifas de taxis y colectivos a nivel urbano y de las tarifas interurbanas.
  • Incremento del total de viajes en otros modos de transporte como el no motorizado que paso de un 0.5% del total de viajes en el 2019 a 3%3 en el 2020.
  • Incremento de viajes peatonales, en bicicletas o scooter ha tenido un incremento, en algunos casos de más del 100%.

Los resultados de esta encuesta realizada por CPI revelan, asimismo, que el 97 % valora el uso de la bicicleta de forma positiva, relacionándola como medio de transporte (31 %), con el deporte (28 %), con el desplazamiento rápido (10 %) y con el cuidado del medio ambiente (5 %). El 32 % de los hogares tiene, por lo menos, una bicicleta disponible en casa, lo que indica que 2 millones 246,000 limeños podrían desplazarse en estas, para finalizar el 40 % de los encuestados manifestó que estaría dispuesto a usar la bicicleta como medio de transporte cuando haya culminado el estado de emergencia, para evitar el contagio del covid-19 y por la rapidez en el traslado, lo que conllevaría un incremento de viajes no motorizados en Lima Metropolitana, esta oportunidad no se puede desperdiciar.

Todo lo anteriormente señalado ha tenido algunas implicancias positivas, entre las que se pueden mencionar:

  • Una reducción de riesgo de contagios por COVID 19 entre los usuarios del sistema, a pesar de que el mismo ha seguido operando desde el inicio de la cuarentena hasta la actualidad. Sólo se han registrado 10 posibles casos de usuarios con síntomas que podían estar contagiados y un aproximado de 50 casos asintomáticos identificados en pruebas rápidas a usuarios que accedían al Metropolitano.  No hay evidencias comprobadas de ningún contagio dentro del sistema.
  • Debido a que la emergencia sanitaria ha tenido varias fases de implementación, ha sido necesario activar protocolos y acciones de manera inmediata a los cambios que se vienen exigiendo por parte de las autoridades.
  • Debido a la reducción en la circulación de unidades de transporte (público y privado), se ha producido un considerable descenso de congestión vehicular en nuestra ciudad, se ha producido una reducción de la contaminación ambiental por ejemplo en concentración de NO2 (óxido de nitrógeno) en la atmósfera en Lima se redujo en más de 60 puntos porcentuales4.
  • Se ha incrementado el total de ciclovías en la ciudad de Lima de 157 km. en el 2019 a los 279 km hoy en día.

Otros datos generales del comportamiento del transporte público en Lima 5:

  • La media de tiempo que las personas en Lima emplean desplazándose en transporte público, por ejemplo, hacia y desde el trabajo, en un día entre semana es 59 minutos que es similar a Guadalajara en México con 56 min. y Buenos Aires también con 56 min; superior a Santiago en Chile con 51 min. e inferior a Bogotá con 64min; Ciudad de México con 66 min. o Río de Janeiro con 67 min.
  • El 60% del total de personas que se desplazan en Lima tienen viajes largos, más de 2 horas todos los días e incluye viajes en Metro, Autobús.
  • La distancia media que las personas en Lima generalmente viajan en un solo viaje, por ejemplo, hacia o desde el trabajo, con transporte público que incluye Metro, Autobús es de 8.3 km. similar a Guadalajara con 7.8 km; superior a Santiago con 6.4 km. o Bogotá con 7.9 km e inferior a ciudades como Buenos Aires 9.9 km; Ciudad de México con 10.5 km; o Río de Janeiro con 11.6 km.
  • Cada día en promedio los limeños que usan el transporte público caminan 1.26 Km. similar a Monterrey con 1.13 km. valores entre los más altos de todas las ciudades registradas por el estudio de Moovit, mientras en Río de Janeiro caminan 1.01 km; en Ciudad de México 1.05 km; en Bogotá 1.09 km. y se registran valores promedio de menos de la mitad en Santiago 0.67 km. o Buenos Aires 0.65 km.

A pesar que producto de la pandemia que los niveles de congestión vehicular mejoraron en toda Latinoamérica en el 2020. Sin lugar a dudas, el descenso de los embotellamientos está relacionado con las restricciones de circulación impuestas por la pandemia de COVID-19. Bogotá y Lima, dos de las ciudades latinoamericanas con el peor tránsito, la congestión vehicular descendió 15 puntos porcentuales entre 2019 y 2020. Aun así, los conductores bogotanos tienen que lidiar con los peores niveles de embotellamiento de todas las urbes latinoamericanas analizadas en el estudio Traffic Index TomTom. Se estima que, durante los momentos de máxima congestión, un viaje en Bogotá se demora un 53% más de lo que duraría en condiciones de tráfico libre, mientras en Lima, movilizarse en automóvil a la hora pico puede suponer un 42% más del tiempo que si no hubiera congestión vehicular. Muy por encima de ciudades como Santiago o Buenos Aires con un indicador del 32% y 24% respectivamente (más del tiempo de viaje que si no hubiera congestión vehicular).

¿Qué nos espera?

A corto plazo aún tenemos vigente el impacto del COVID-19 y sus nuevas cepas seguirán modificando el comportamiento del tránsito, pero cada vez con menor impacto.

Un impacto significativo ha sido y probablemente seguirá siendo así menor congestión, más en países desarrollados y menos en países con una alta economía informal como la peruana, ya que trabajar desde casa se convertirá en la norma para la mayoría de los trabajos. El tráfico de la hora punta ha disminuido, pero en el caso de Lima ya se están incrementando a niveles prepandemia.

Con horarios de trabajo flexibles, somos libres de elegir cuándo viajamos. Estamos más abiertos a los modos de viaje ecológicos, como el ciclismo, y consideramos cuidadosamente si realmente necesitamos llevar el automóvil para pasar por la tienda local. También se está pensando cada vez más en carros cargado por fuentes de energía alternativas: energía eólica y solar.

A pesar de la poca información que se tiene, es una realidad que los viajes de carga menor se han incrementado por el aumento de los envíos a domicilio y las comprar virtuales en Lima, de manera muy desorganizada y poco eficiente.

Se observan aire más limpio en Lima con disminución de las concentraciones diarias de PM10 y PM2.5, en relación a los niveles prepandemia, aunque siempre con mayores concentraciones al alejarse del mar, ya que en San Juan de Lurigancho o Lima Esta se observan días con estados de contaminación moderado. Los contaminantes gaseosos NO2, CO o O3 no superaron sus respectivos ECA-aire y existe una disminución significativa de las concentraciones6.

Algunas consideraciones finales

Es necesario seguir apoyando el incremento de los viajes (con motivos de trabajo o residencia) en transportes no motorizados por las enormes ventajas en el ambiente, la salud e inclusive en los gastos propiamente a incurrir en realizar los viajes en otros modos.

Se requiere formalizar el subsidio al transporte público como existe en la mayoría de las ciudades y vías de desarrollo en el mundo, propiciando las inversiones en acciones que mejoren el transporte público. Se requiere mejorar el flujo logístico de la cuidad con horarios de carga y descarga, vías preferentes y perimetrales, centro logístico, entre otros, ya que el total de viajes en vehículos de carga se seguirá incrementando en el tiempo y sus externalidades negativas afectan a toda la cadena de producción y los precios de los productos.

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1 Fuente: Google Noticias
2 Fuente: Google, Informe de movilidad de las comunidades ante el COVID-19
3 Compañía Peruana de Estudios de Mercados y Opinión Pública (CPI), Cómo se moviliza la población limeña en el Transporte Público y cómo valora el servicio, 2020
4 Banco Interamericano de Desarrollo BID, Tablero del impacto de COVID-19
5 MoovitAPP
6 SENAMHI Informe Vigilancia de la calidad del aire Área Metropolitana de Lima y Callao, enero 2021.

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