hipermanzanas

HIPERMANZANAS

Tumores Silenciosos que reducen la competitividad de las Ciudades

Las ciudades son entidades dinámicas en constante evolución y adaptación. Como sistemas complejos, requieren cuidados y una planificación adecuada para prosperar. Al igual que los organismos vivos, las ciudades atraviesan distintas etapas: nacimiento, crecimiento, evolución, transformación e incluso decadencia. Poseen un metabolismo propio, consumiendo recursos como energía, agua y alimentos, y generando desechos como basura y emisiones.

Las ciudades responden a estímulos tanto externos como internos. Cambios en la economía, la tecnología o la cultura influyen en su comportamiento, llevándolas a adaptarse y transformarse para sobrevivir. Las infraestructuras de transporte, comunicación y suministro actúan como el sistema nervioso y circulatorio de una ciudad, facilitando la transmisión de información y recursos vitales.

En ese orden de ideas, las ciudades pueden verse afectadas por enfermedades y patologías complejas que requieren atención y cuidados para su recuperación. Es esencial dedicar los recursos necesarios para sanarlas y transformarlas en entornos urbanos saludables y sostenibles.

En este contexto las ciudades enfrentan un problema latente y poco reconocido que amenaza silenciosamente su desarrollo y vitalidad: las Hipermanzanas. Extensas áreas de suelo urbano, que para la mayoría pasan desapercibidas, constituyen una preocupante realidad que tiene consecuencias reales y significativas para el desarrollo de las ciudades.

En este punto, es conveniente aclarar que las Hipermanzanas, nada tienen que ver con el concepto urbanístico de SUPERMANZANAS introducido por Salvador Rueda, pues estos dos conceptos son totalmente antagónicos; toda vez que, mientras que las SUPERMANZANAS son intervenciones urbanísticas que buscan mejorar y dinamizar las ciudades, las Hipermanzanas por el contrario, son producto de la inacción y menoscaban el desarrollo armónico y sostenible de los sistemas urbanos.

Es así, que podemos definir que las Hipermanzanas son áreas urbanas de una gran extensión, superior a una hectárea, muchas veces sin calificación de suelo ni habilitación urbana, que se contraponen a la trama urbana circundante y se encuentran en zonas con alta dinámica urbana. Generalmente son áreas que originalmente fueron concebidas como equipamientos urbanos en la periferia de la ciudad, y que el crecimiento urbano las ha engullido, convirtiéndose en focos de ineficiencia y desaprovechamiento de recursos.

Las Hipermanzanas son como semillas de ineficiencia y desperdicio que germinan en medio del paisaje urbano, distorsionando silenciosamente la capacidad de nuestras comunidades, para brindar una oferta adecuada de vivienda y equipamientos urbanos, ante la pasividad o incapacidad de las autoridades ediles para gestionar eficientemente el desarrollo de la Ciudad. Lastres que impactan negativamente sobre el potencial de nuestras ciudades para convertirse en entornos habitables, dinámicos y sostenibles.

Las Hipermanzanas impactan negativamente en su entorno

Existen dos tipos de Hipermanzanas, no hay que buscar lejos para hallar ejemplos palpables de este fenómeno. Para el primer caso, es fácil identificar grandes extensiones de suelo, enclavadas dentro del área consolidada, que presentan usos de suelo, que, si bien formalmente cumplen con la calificación de suelo vigente, su presencia no responde a las dinámicas urbanas actuales, generando más complicaciones que beneficios para una ciudad armónica y sostenible; y ciertamente estos equipamientos podrían ser reubicados a las afueras de la metrópoli, como en su concepción original.

El segundo tipo de Hipermanzanas, lo constituyen los predios que se presentan como infraestructuras en desuso, antiguas instalaciones abandonadas o terrenos baldíos, que por una deficiente gestión urbana o por malas prácticas inmobiliarias, o en varios casos por la conjunción de ambas, durante décadas han venido convirtiéndose en lastres urbanos que, por un lado, frustran el potencial de nuestras ciudades y por el otro, propician el uso informal del suelo urbano.

Este suelo urbano desaprovechado inflige, como tumores silenciosos, una serie de males a nuestras ciudades. Por ejemplo, la falta de permeabilidad urbana que caracteriza la presencia de Hipermanzanas penaliza la movilidad urbana, provocando desplazamientos innecesarios, elevando los tiempos de viaje, incrementando la contaminación ambiental, por la exacerbada congestión de tráfico que su sola presencia genera.

Sin embargo, la planificación urbana, nos brinda los instrumentos adecuados para revertir este problema, permitiéndonos transformar las Hipermanzanas en suelo urbano que aporte a una mejor calidad de vida y a elevar la competitividad de la ciudad, corrigiendo los efectos negativos ya mencionados. Para ello es necesario un auténtico liderazgo, que permita erradicar pensamientos obtusos y desarrollar la sinergia entre el sector público y el privado, que permita la implementación de Planes Específicos y Operaciones Urbanas que revitalicen las ciudades, con una mirada integral del desarrollo urbano, bajo el concepto de Ganar-Ganar.

En conclusión, abordar el fenómeno de las Hipermanzanas es crucial para promover ciudades más dinámicas, eficientes y sostenibles. Solo mediante un enfoque integral de planificación urbana, colaboración entre sectores y liderazgo efectivo, podemos transformar estas áreas en activos urbanos que contribuyan positivamente a la calidad de vida de los ciudadanos y a la competitividad de nuestras ciudades en el mundo moderno.

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